El tren y la navidad.
Al final de la calle de un pueblo sacado de un film spageti western. Donde empezaba la pampa. Desde ahí corrimos para subir al tren de carga en dirección a Bolivia. Antes de llegar a Uyuni, nuestro destino, en medio del salar, se detuvo la locomotora. El maquinista no le había puesto agua. El vino de navidad y la falta de el liquido precioso, hicieron de nuestro viaje un recuerdo imborrable por mas de 40 años. En fila india,caminando por la linea, con un farol hicimos entrada a la ciudad del salar. El tren botado en la vía hasta el día siguiente pasó la navidad solo y maltratado. Que habrá sido de Severino, mi compañero de ese viaje clandestino, después de pasados tantos años. Caceres era un dirigente sindical buscado por esos tiempos y en la ilegalidad. Se había refugiado en la mina de azufre de Amuncha, la mina mas alta del mundo en los altos del volcán Aucanquilcha...Años de viajes en trenes de carga y largas caminatas por salares y desiertos....Eramos jóvenes y aprendimos el arte de sobrevivir endureciéndonos sin perder como decía el Che´la ternura....
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